martes, 20 de agosto de 2013

AMBATO

AMBATO



San Juan Bautista de Ambato, es una ciudad ecuatoriana, capital de la provincia de Tungurahua. Es también conocida como "Cuna de los Tres Juanes", "Tierrita Linda", "Fénix del Ecuador", "Ciudad Cosmopólita", "Tierra Ternura", "Jardín del Ecuador" y "Ciudad de las Flores, Frutas y el Pan". Es la cuarta ciudad en importancia económica del Ecuador
Según datos oficiales, para el año 2010 la población urbana de la ciudad es de 329.856 habitantes. Su clima es templado seco, se encuentra a 2.500 metros sobre el nivel del mar, su temperatura media es de 20°C. Está asentada en la rivera del río homónimo. En Ambato se concentra gran parte del movimiento comercial del centro del país, por tanto genera grandes créditos para la región y para el país.
La ciudad fue destruida varias veces por terremotos y erupciones volcánicas. El último de estos eventos se dio el 5 de agosto de 1949: un terremoto con epicentro en la ciudad de Pelileo, en el sector conocido como Chacauco, afectó a Ambato en casi su totalidad. Gracias a la tenacidad de sus habitantes, logró levantarse nuevamente en menos de dos años. En honor a esta lucha, se celebra cada año la Fiesta de las Flores y de las Frutas, en los días de Carnaval. Cabe resaltar que esta fiesta es totalmente ajena a la celebración de Carnaval, la F.F.F. ha trascendido fronteras y es hoy por hoy una de las fiestas más importantes del Ecuador.
Pertenece a la Región 3 conformada por las provincias de Tungurahua, Chimborazo, Cotopaxi, Pastaza. Cuya sede Administrativa o Capital Regional es Ambato.

lunes, 19 de agosto de 2013

BIGADA DE FUERZAS ESPECIALES

BIGADA DE FUERZAS ESPECIALES N 9 PATRIA LATACUNGA

                            

El 29 de octubre de 1956, se inició el paracaidismo militar en Ecuador y, desde ese día, han transcurrido varias décadas. Todo se ha realizado con el generoso aporte de los Soldados de la Boina Roja, con acciones ejemplares de patriotismo, orgullo institucional y profundo amor a su pueblo.
La leyenda del paracaidismo irrumpe en el acontecer nacional gracias a la fuerza y al empuje de un visionario, en ese entonces, el Capitán Alejandro Romo Escobar, a quien, con gloria y orgullo, se lo conoce como “El Pionero” y también, con cariño, se le dice “Papá Romo”. Él, junto a su destacamento de 7 oficiales y 28 voluntarios, emprendieron la gran aventura de volar por el firmamento ecuatoriano. A partir de esta fecha inmortal, se abrieron las puertas de los aviones para que todos los soldados de espíritu indomable puedan saltar y cumplir con la misión más noble: engrandecer al Ecuador.
La experiencia militar de los instructores del Ejército de Estados Unidos de América, liderados por el Sargento James Roger, materializaron la idea y cristalizaron los sueños. La selección de los alumnos y la rigurosidad del entrenamiento fueron justificadas con el salto a la gloria y el camino a la inmortalidad de todos los pioneros, desde aquel avión C-47 Nro. 505, que antaño surcó sobre las nubes. Recordamos las cúpulas del paracaídas T7-A, que siempre estarán volando con el espíritu de estos 35 soldados y los Salitrales de Muey en Salinas, provincia del Guayas, que acogieron gustosos las primeras rodadas, dejando huellas imborrables en el corazón de los pioneros y de quienes presenciaron este magno acontecimiento. Este evento fue la simiente más fecunda para el desarrollo y el fortalecimiento institucional del Ejército y las Fuerzas Armadas.
En 1957, se desarrolló el Primer Curso de Comandos con 45 valientes soldados, con una duración de 20 semanas. Este fue desarrollado por el Teniente Cristóbal Navas Almeida, luego de haberse capacitado en Estados Unidos como Ranger.
Desde entonces, las nuevas generaciones continúan el legado de mantener vivo el compromiso de defender la soberanía del Ecuador. Este curso es el más riesgoso y exigente en el aprendizaje de técnicas, tácticas y procedimientos para el combate especial.
Posteriormente, con gran visión futurista y sentido de Patria, el Alto Mando Militar de ese entonces hizo que el Cuerpo de Paracaidistas se organice con más elementos y se capaciten en otras especialidades afines a las amenazas y los factores de riesgo existentes en el país. Así, se conformó el Destacamento de Fuerzas Especiales, luego, el Grupo Escuela de Fuerzas Especiales y, finalmente, la gloriosa y victoriosa Brigada de Fuerzas Especiales.
Mediante Orden General del Ejército Nro. 001-III-C de fecha 13 de febrero de 1975, se resolvió: “Crear la Brigada de Fuerzas Especiales Nro. 1 con sus respectivas unidades subordinadas, con sede temporalmente en la Plaza de Quito; posteriormente, el Campo Militar a construirse en el cantón Sangolquí (Rumiñahui), a excepción del Grupo de Fuerzas Especiales Nro. 2, que tendrá como sede la ciudad de Quevedo, organizada con la función de los Escuadrones de Fuerzas Especiales Nro. 1, 2 y 3”. Posteriormente, en 1987, por orden de la Comandancia General del Ejército, pasó a denominarse Brigada de Fuerzas Especiales Nro. 9 “PATRIA”,
nombre que lleva hasta la actualidad.

martes, 6 de agosto de 2013

ESFORSE

 Desde su creación hace más de veinte  años, la Escuela de Formación de Soldados “VENCEDORES DEL CENEPA” viene formando generaciones de jóvenes, hombres y mujeres comprometidos con su institución, con la seguridad y el desarrollo nacional, educados en valores y virtudes, las cuales han moldeado su carácter y sembrado en lo más profundo de su ser el amor por su Patria.
Aquí, el compromiso constitucional de salvaguardar la integridad nacional y defender los principios que rigen a la nacionalidad ecuatoriana, es el fundamento que orienta el desempeño profesional de los futuros Soldados profesionales del Ejército Ecuatoriano. 
La ESFORSE  es regida por los valores Institucionales de “HONOR, DISCIPLINA Y LEALTAD” pues solo entendiendo la profundidad de su significado se podrá formar a  los futuros cuadros para dotar de elementos jóvenes a nuestro Ejército.
Como Director de la Escuela de Formación de Soldados, el compromiso de formar soldados capaces y honestos, se basa en el ejemplo y liderazgo que cada uno de los Directivos e Instructores asumimos, al ser honrados para entregar nuestro  servicio a la noble tarea de  formar los cuadros iniciales de nuestro glorioso Ejército ecuatoriano.
Existe un camino señalado ya anteriormente por el espíritu y los ideales de nuestros héroes nacionales y de todos aquellos que nos precedieron, un camino que conduce a los soldados del mañana hacia un Ejército ilustrado y consciente del liderazgo, concebido este como una capacidad profundamente humana en la que existen valores susceptibles de aprender, transmitir, enseñar e incrementar, a través de la práctica virtuosa, la planificación científica y el positivo ejemplo de quienes ya lo poseen en plenitud.
Como primer soldado de este noble instituto, quiero hacer público mi agradecimiento por el apoyo decidido y confianza depositada por todos mis superiores, que de una u otra forma me brindan el apoyo necesario a mi gestión; a mis oficiales que conforman el cuadro directivo por su trabajo denodado y su asesoramiento permanente; a mis oficiales y voluntarios de los Batallones de Aspirantes por su renunciación permanente en pos de alcanzar los objetivos; a los docentes por su sapiencia y conocimientos transmitidos en la formación de sus alumnos; al personal administrativo y servidores públicos por su apoyo silencioso y eficiente en el alcance de las metas institucionales,  os invito a continuar trabajando desinteresadamente en beneficio de nuestros soldados y de nuestro Glorioso Ejército Vencedor.